[Chapter Twenty - Two] - Silverscreen romance.

Existen miles de suposiciones acerca de cómo dos personas, completamente distintas, reaccionarían ante la misma situación.

La mayoría se basan en el carácter, el estado de ánimo, o lo mucho o poco que le toque en lo personal el tema en cuestión. Otros, se basan en estadísticas; en picos hormonales, ciclos menstruales, menopausias, pitopausias; cambios atmosféricos, lo nublado que esté el cielo; o el nivel de sangre fría que posea el sujeto en cuestión.

Pero sea como sea, implican un mayor interés por la diferencia, que por la similitud.

Hasta que llega ese dia.

En algún punto de tu existencia; en cualquier momento y en cualquier lugar; encuentras a "Tu otro yo".

Y "Tu otro yo" te da mucho, pero que mucho miedito...

Porque "Tu otro yo" parece exactamente igual que tu. "Tu otro yo" comprende cada una de tus metáforas; está de acuerdo en tus afirmaciones; tiene tus mismos gustos; tus mismos horarios; habla de tus mismos temas; se divierte de la misma forma que tu; se rie de los mismos chistes; y, en algún otro punto un poco más lejano de la línea del tiempo, frecuentará tus mismas compañías.

¿No es fantástico? "Tu otro yo", acabará conviertiéndose inevitablemente en tu compañero del alma. El dia que te duela el duodeno, puedes apostar a que "Tu otro yo" también lo sentirá. 
De hecho, "Tu otro yo", reaccionará predeciblemente de la misma forma que tu ante cualquier situación.

Y eso... Es evolutivamente inútil.

Y bueno, esa era la cuestión... Si no te ha quedado claro, siempre puedes consultarlo...

"Tu otro yo" sabe lo que estás pensando.